top of page

(casi) Todo lo que sabes del dolor de espalda está mal

No es ningún misterio que el dolor de espalda genera un enorme gasto tanto en las personas como en las propias sociedades en todo el mundo. El coste de su diagnóstico y tratamiento supera a la suma del cáncer y diabetes según estudios recientes. Aún así, todavía sigue habiendo alta tasa de cronicidad y poca efectividad en la mayoría de los tratamientos tradicionales. Además de eso, los estudios de imagen (radiografías, resonancias…) son muy poco útiles en la mayoría de casos de dolor lumbar y cervical.

Casi toda la población sufrirá dolor de espalda en algún momento de su vida. Por suerte, en la mayoría de los casos mejorarán notablemente en el plazo de dos semanas tras el episodio agudo de dolor, y estarán totalmente recuperados a los 3 meses.

Pero en algunos casos, ese dolor puede ser de larga duración y puede generar discapacidad. En este artículo hablaremos de aspectos sobre el dolor que generan confusión en la población, e identificaremos algunas estrategias para su manejo.

La terapia manual es una buena opción para fases iniciales del tratamiento

Las pruebas de imagen se usan cada vez más (aunque a menudo no ayuden)

Tanto los profesionales sanitarios como los propios usuarios quieren a menudo someterse a pruebas de imagen, porque creen que hay algo “grave” o porque quieren confirmar qué es exactamente lo que provoca el dolor. En cualquier caso, las pruebas de imagen solo muestran algo relevante para el caso en la minoría (menos del 5%) de la gente con dolor lumbar.

De hecho, existe la sospecha de que las radiografías o las resonancias pueden empeorar la situación en algunos casos. Esto no tiene nada que ver con la radiación, sino con los resultados que se suelen obtener en estas pruebas, que muchas veces enseñan que hay “algo” en la columna.

¿Qué queremos decir con esto? En la mayoría de la población, su columna tiene “cosas” que pueden sonar graves o peligrosas, aunque son absolutamente normales en la población sana y no están relacionados con el dolor de forma cercana. Los ejemplos más claros son las hernias, la degeneración del disco o la artrosis. Son cada vez más habituales a medida que pasan los años, sin llegar a ser peligrosos en la inmensa mayoría de la gente. Ya hemos mencionado antes que menos del 5% tiene un daño estructural realmente correlacionado con su dolor.

Por desgracia, a mucha gente con dolor de espalda se le dicen estas cosas que indican que su espalda esta “dañada”, y esto puede llevar al miedo o al estrés. Incluso en algunos casos nos puede llevar a buscar procedimientos como la cirugía cuando realmente no son necesarios. Por tanto, deberías pensártelo dos veces antes de ir a realizar pruebas de imagen.

Una breve consulta con un profesional sanitario como el fisioterapeuta, habitualmente es suficiente para identificar si una prueba de imagen es realmente necesaria por tu historia clínica y tu sintomatología. Si has sido derivado a realizar una prueba, estate seguro de comprobar con tu doctor si es porque realmente lo necesitas ahora mismo. Siempre puedes realizar la prueba después, si tu dolor de espalda persiste.

Por último, si tras la prueba de imagen recibes un largo informe con terminología médica que puede llegar a asustar, asegúrate de que lo que aparece en ese informe es relevante y tiene correlación con nuestro dolor ( y no, en la mayoría de casos una hernia o un desgaste no lo es)

En la siguiente gráfica se muestra el porcentaje de POBLACIÓN SANA que tiene alguna alteración estructural (“hallazgos anormales”) en la columna en relación con la edad. Se puede apreciar que a partir de los 40, tanto la degeneración discal como las hernias rondan el 50%, van a más con la edad e incluso a partir de los 20 años el porcentaje es considerable. Todos los participantes en este estudio no tenían dolor de espalda.

Aunque la actividad física pueda asustar y resultar dolorosa, dejar la actividad suele ser peor

Muchas veces el dolor de espalda empieza con alguna actividad como levantar peso, girarse, o incluso cuidar el jardín. Cuando estamos muy doloridos, el reposo es una estrategia que se puede entender. En los primeros (pocos) días, puede ser recomendable evitar actividades que agraven el dolor, como pasa con cualquier otra parte del cuerpo (por ejemplo un esguince de tobillo).

En cualquier caso, hay una fuerte evidencia que nos dice que un retorno progresivo a las actividades habituales y a un estilo de vida activo es mucho mejor que un reposo prolongado.

La vuelta a la vida activa puede ser dolorosa incluso nos puede asustar en un principio. Es normal. Pero se ha demostrado que volver de forma progresiva a moverse, a agacharse, a girarse y a la actividad física en general es muy beneficiosa a medio y largo plazo.

Por lo tanto, no tiene que cundir el pánico si se siente dolor o entumecimiento, sensación de estar “cargado”; ya que esto no índica que haya una lesión o un daño.

Es importante recalcar que no parece que un ejercicio o actividad sea “buena” o “mala” para la espalda. Todo tipo de ejercicio ayuda, lo que es importante es que se vaya haciendo siempre de forma progresiva y con una buena adherencia, que se mantenga el nivel de actividad. En fases iniciales, es interesante empezar a trabajar con un fisioterapeuta para ir progresando poco a poco.

Por lo tanto, hay que intentar elegir un ejercicio asumible sobre todo que se disfrute, y realizada en un adecuado espacio y tiempo, de forma progresiva.

El dolor de espalda no esta “en tu cabeza”, pero tus emociones y creencias son importantes

El dolor de espalda a veces sucede como consecuencia de una lesión o una rotura concreta, aunque la mayoría de las veces no hay ninguna lesión ni incidente específico que lo cause. Independientemente de que haya habido una lesión o traumatismo o no, muchos otros factores influyen en la cronificación del dolor. Es decir, hay muchos motivos por el cual no nos recuperamos del dolor de espalda como debiéramos.

Esto incluye el estado de animo, ansiedad, los miedos, problemas laborales o familiares, situaciones estresantes o traumáticas o un descanso pobre. El estilo de vida también es fundamental en estos casos.

Así como sucede con el dolor de cabeza, puedes sentir un dolor intenso donde el factor principal no es el daño de un tejido; si no que está mas relacionado con el estrés o la falta de sueño. Estos factores tienen una relación directa con la salud general y el sistema inmune.

Si además, te han dicho que tienes la espalda mal (por “algo” que ha salido en las radiografías de las que hemos hablado anteriormente), que te va a doler, que “tienes la espalda como alguien de 80 años” (cuando tienes 40)… y que el pronóstico es malo; la tensión de la musculatura de tu espalda aumentará, y eso generará todavía más dolor.

Por lo tanto, ser consciente de la influencia del estado de ánimo y las creencias (a menudo erróneas) que tenemos sobre el dolor de espalda puede ser útil. Tenemos que tener presente que todo lo anterior influye en nuestra salud general, y tiene un gran impacto en el “botón de volumen” de nuestro dolor de espalda.

¿Cómo podemos manejarlo?

El dolor lumbar y cervical son patologías que mueven mucho dinero, y los que lo sufren tienen el riesgo de ponerse en manos de pseudoterapeutas y otros “sanadores” fraudulentos.

La clave está en tener claro lo que se ha mencionado anteriormente, y ser consciente de que el dolor de espalda es multifactorial. Intentar mantener una vida activa, con ejercicios aeróbicos y de fuerza para trabajar la faja abdominal, y estiramientos.

El estilo de vida es importante, por lo que una dieta equilibrada, buena salud emocional y el descanso adecuado se antojan imprescindibles para prevenir y manejar el dolor de espalda.

En caso de duda, conviene acudir a un fisioterapeuta colegiado, qué es el que nos dará las pautas para la rehabilitación, y en caso de sospecha de patología o lesión en el tejido nos derivará al profesional médico oportuno.

Si desea saber cómo está su espalda y necesita ayuda para tratar su dolor o prevenirlo, puede pedir su Diagnóstico Funcional en las CLÍNICAS DE ESPALDA ATHLON, donde le atenderán los mejores especialistas, que cuentan además con la exclusiva tecnología finlandesa David Spine Concept, para poder dar el diagnóstico más acertado basándose en el estado funcional de su espalda.

Puede coger cita en el 943 84 50 60, mediante la página web ( www.clinicasathlon.com ) o acercándose a nuestras Clínicas en Donostia (C. Urbieta 50, bajo) y Aretxabaleta (Polideportivo Ibarra).

Consulte sin compromiso, y diga adiós al dolor de espalda!

Fuentes: The Independent, Systematic literature review of imaging features of spinal degeneration in asymptomatic populations (Brinjiki et al.)

Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
bottom of page